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Marco teórico

La enseñanza de las ciencias naturales en el preescolar según Gallegos, Flores y Calderón (2008) aseguran que “Para esta etapa en la literatura se encuentran, principalmente, dos clases de propuestas educativas para el aprendizaje de las ciencias naturales. La primera incluye propuestas dirigidas a alcanzar logros en la conceptualización de los niños sobre un tópico especifico, en las cuales se observa que el proceso de intervención lo lleva a cabo el profesor-investigador de manera individual. En la segunda clase encontramos de manera mas generalizada, propuestas curriculares en las que el aprendizaje de la ciencia se encuentra incorporado dentro del currículo, pero sin especificar las particularidades que deben tomarse en cuenta para las ciencias” (p.4). En ambos casos las propuestas abordan diversos enfoques que van desde el acompañamiento de alumno-profesor hasta las actividades centradas en habilidades y competencias generales que el niño debe desarrollar para la aproximación al conocimiento científico.

El Programa de Educación Preescolar (PEP, 2018) incorpora la enseñanza de la ciencia como un enfoque centrado en competencias, donde el objetivo primordial es que los niños desarrollen capacidades y actitudes que caracterizan el pensamiento reflexivo, mediante experiencias que le permitan aprender mas sobre el mundo natural y social.

Ravanis y Bagakis (1998) muestran que los niños preescolares pueden reconocer que el agua no desaparece durante la evaporación, sino que va a la atmósfera o se convierte en vapor. Esta explicación muestra un nivel de percepción y razonamiento.

Castro (2004) nos afirma que “En los niños, la educación científica parte de las ideas que son resultado de sus experiencias, de acuerdo con su desarrollo biopsicosocial. Es decir, parten de las experiencias cotidianas de su entorno. Estos procesos de conocimiento inicial constituyen el punto de partida en la acomodación del conocimiento, para finalmente lograr la formulación de áreas conceptuales. El enfoque del cambio conceptual de la enseñanza de las ciencias aborda la perspectiva pedagógica cognitiva (constructivista), centrándose en el estudio del cambio conceptual de las ideas y teorías de los alumnos sobre el mundo, mediante un proceso que implica el desplazamiento del viejo concepto a la nueva teoría aprendida” (p.79).

El proceso de degradación del entorno es responsabilidad de todos, aunque con distintos grados de implicación. Según Bifani, Carlsson y Novo (2000), “el ser humano ha estado cada vez mejor capacitado para “dominar” su entorno, al demandar recursos y generar impacto sobre el medio natural”. En este sentido, a través de la implementación de procesos de educación ambiental, se trata de facilitar, desde una aproximación global e interdisciplinar, la comprensión de las complejas interacciones entre la sociedad y el ambiente.

La escuela, como institución transformadora, está llamada a generar los espacios y estrategias que lleven a los estudiantes a la realización de acciones locales contextualizadas a sus necesidades y realidades sin desbordar en utopías que los alejen de soluciones factibles y viables para la conservación del ambiente planetario.

La meta de la acción ambiental es mejorar las relaciones ecológicas, incluyendo las del hombre con la naturaleza y las de los hombres entre sí. Se pretende a través de la educación ambiental lograr que la población mundial tenga conciencia del medio ambiente y se interese por sus problemas, además que cuente con los conocimientos, aptitudes, actitudes, motivaciones y deseos necesarios para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones a los problemas actuales y para prevenir los que pudieran aparecer en lo sucesivo.

Ruiz, Pérez, Meri e Ileana (2014) nos mencionan que “Es necesario tener en cuenta que la educación ambiental obedece a unos criterios que determinan su razón de ser y estar en contexto; es decir, la interinstitucionalidad e intersectorialidad. Ninguna institución por sí sola puede abordar la totalidad de la problemática ambiental. Debido a ello, el trabajo en educación ambiental no corresponde a un solo sector, sino que debe hacerse coordinadamente entre los diferentes sectores y miembros de una sociedad y/o comunidad” (p.5).

La actual crisis ecológica provocada por el impacto de las actividades humanas y el modelo de vida, se une a otras problemáticas que generan aún más crisis en el mundo, como son los aspectos sociales o culturales.

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